Durante un control policial a los conductores en una avenida detienen a un anciano completamente borracho y aunque no era necesario hacerle pasar el control por formalidad así fue, lo que pasó después fue increíble, el anciano estaba tan ebrio que pensó que el alcoholímetro era más licor.
Uno de los policías le da el alcoholímetro pero el viejo sin pensarlo dos veces se lo bebe hasta el fondo, ¿la reacción de los policías? inevitablemente no pudieron contener las carcajadas de esta curiosa situación.